24 septiembre 2006

united

Sergio y yo nos subimos al auto de Cáio, mientras que Camila se va con Tati, Vera y Deborah en otro.
Avanzamos bastante bien hasta que nos encontramos con un taco gigantezco. Tanto así que escuchamos dos o tres discos en el auto porque estuvimos ahí por casi ¡tres horas!... imaginen lo que habrá sido para el pobre Cáio (que no habla casi nada de español) tener a los tipos más callados del mundo y que más encima no hablan portugués jajaja. Le pusimos empeño eso sí para que el viaje fuera más entretenido y finalmente, ya oscuro, llegamos a un estacionamiento relativamente cercano (varias cuadras en todo caso) al estadio Canindé.
Cuando pasamos ahí pensé que había alguna otra cosa cerca, pero cuando llegamos ahí nos dimos cuenta que la fila interminable (daba una vuelta y un poco más a un mall y todavía quedaban dos cuadras más hasta la puerta del estadio) era para entrar.
La mayoría de la gente con su kilo de alimentos no perecibles y nosotros al último.
Íbamos como en la mitad cuando se largó una lluvia tremenda. Minutos antes un tipo nos había ofrecido dos capas para la lluvia en 5 reales y nosotros, que queríamos que bajara aún más la oferta :P, habíamos decidido quedarnos en polera y jeans. Fueron 20 minutos de ducha... quedamos empapadísimos y más adelante no la pensamos dos veces y compramos las benditas capas.
Más de una hora más tarde veía como volaba mi kilo de alimentos, me cortaban la entrada y empezaban los 100 metros planos hasta la cancha. El estadio era gigante (era como pa 25.000... claro que se ocupaba la tribuna y parte de la galería, pero la cancha estaba repleta).
Apenas bajamos corriendo la rampa hasta la cancha empezó el show con Ana Paula y Diante do Trono. No conocía casi ninguna canción, pero aplaudí y salté igual no más. Había muy buena onda.
Entre medio conocimos a algunos cabros de allá, de distintas congregaciones y ellos nos convidaron un poco de quequito y bebida (aunque yo no tomo).
Con Sergio calculábamos que con tanta lluvia la gente querría saltar mucho, pero quedamos cortos ante tanto entusiasmo de los paulistas.
De principio a fin, fueron dos horas muy power... salté, grité, aplaudí y canté como nunca lo hago en conciertos, saqué fotos y grabé lo que pude y es que estuvo realmente genial.
Lo mejor de todo fue poder cantar por casi dos horas las canciones que más me gustan, en su idioma original (Take it all, Shout unto God, Awesome God, Tell the world, The world will never take, All day, Look to you, entre otras), con el volumen a too chancho, por ende cantando a too chancho y en completa libertad.
Ha sido el mejor concierto al que he ido en mi vida (paliza por goleada a cualquier otro), así que muchas gracias Señor por haber estado ahí.

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