citian bravo en chile (y de cómo ron kenoly lo aganchó)

Imagina que eres adolescente al que le pasan una guitarra y luego un bajo para que aprendas a tocar y ocupes tu tiempo en algo (de una vez por todas). Que te pasan unos discos y/o videos de un tal Ron Kenoly y que te propones tocar lo más parecido a su bajista, Abraham Laboriel que, casualmente, es considerado como uno de lo mejores del mundo.
Supón que aprendes muy bien, te entusiasmas y resultas muy bueno en eso. Que terminas sabiéndote cada nota de las canciones que has escuchado. Que con tus amigos forman un grupo y cada cierto tiempo graban una que otra cosa en algún patio o algo por el estilo.
Piensa que pasan muchos años y un día cualquiera te enteras que ese tal Ron Kenoly viene a Chile y le hace falta un bajista... que Dios, que todo lo sabe, se acuerda muy bien que conoces todas sus canciones como si las hubieses grabado tú mismo y prepara varios sucesos, de esa manera que los simplistas llaman "casualidad", para que te inviten a tocar con él y pasar uno de los mejores días de tu vida...
Imagínate todo esto si tú no eres Citian Bravo, porque de ser él, todavía te estarías pellizcando para saber si todo lo que viviste el fin de semana pasado en Santiago fue cierto.

Al fondo a la izquierda y de riguroso blanco, Citian Bravo; en primer plano, Ron Kenoly.