80s

No estoy seguro porque era muy chico, pero a mí me tinca que los 80 no eran tan "lo máximo" como los pintan ahora.

Varias fiestas se promocionan cada semana, principalmente por radio ( que tienen un buen target en poncherudos "ex-ochenteros") como las más completas, con más luces, glamour y "toda la música de esos años"... mmm no sé, yo me acuerdo que había que sufrir escuchando a los Quincheros y Patricia Maldonado, el negro Piñera y Miguelo, a lo más, se podía escuchar a Soda Stereo... bueno, de hecho todavía se puede; pero en ese tiempo Pinoshit los dejaba cantar en Chile sólo porque eran menos malos (para él y su dictadura) que Los Prisioneros supongo.

De música gringa no recuerdo mucho; en Punta Arenas radio "Polarísima" que no era otra cosa que Polar en fm y "Magnetoscopio Musical" en Televisión Nacional. Las fiestas y los carretes estaban supeditados a los toques de queda y la gente que en esa época era joven no tenía plata para comprar música (ahora sí, pero es mejor bajarla de internet y subir los precios de los conciertos ¿no?).

Mirando hacia atrás, todas las décadas tuvieron algo rescatable aunque sea en cuanto a moda... excepto los 80. Esos pantalones "amasados", los mocasines, los peinados vaporosos, hombreras altas y cuanta cosa ridícula más se juntó en los 80. Hasta la música, pese a estar muy bien producida, sonaba plástica.

Lo que sucede es que las décadas siempre tienen su segunda oportunidad (los 60 revivieron a fines de los 80, y a fines de los 90 fue el turno de los 70) cuando la gente que fue joven en ellas, logra cierta estabilidad económica y puede comprar la música que siempre quiso, carretear como quiso y cosas por el estilo; por ende, las fiestas de los 80 son más lo que a esos cuarentones les habría gustado que fueran los 80, que lo que realmente fueron.

buena sugerencia

Esto lo encontré en el baño de un supermercado, tiene un logo de la ACHS y no se si será cierto pero es lo máximo:

aire puro

La Patata llevaba muchos días encerradísima así que decidimos salir con mucho cuidado a dar una caminata cortita para que estire las patitas y respire aire (medianamente) puro. Mmm la Tatita igual que siempre, el embarazado parezco yo jajaja.

clinicalizados ("hospitalizados" en lenguaje ABC1)

De vuelta en Santiago, la Patata se queja de algunos dolores en la espalda, hasta que el martes en la madrugada la situación es insostenible y nos vamos a la urgencia de la Alemana. Algunos exámenes para ver que Olivia está bien, pero la Patata no está tan bien así que la dejan internada por unos días con antibióticos y analgésicos; decido quedarme con ella todos los días para estar seguro que esté bien y no le falte nada.
Son varios días durmiendo en un sillón junto a su cama y los paseos más largos son hasta la máquina de jugos o de café. Muchas güagüitas nacen estos días y me doy cuenta que es imposible que a la Olivia la cambien por otra en este lugar: todas parecen mandadas a hacer para comercial de cereales... rubiecitas y de ojos azules.
Harta fauna ABC1 y Opus Dei's fingiendo emoción por su hijo número 14 en los pasillos y en las puertas se ven nombres acompañados de apellidos de vinos, muy en la onda "María Jesús", "José Tomás" o esos nombres compuestos inventados del tipo "José Rodrigo"... todo esto no puede dejar de causarme risa aunque la Patata me dice que no sea pesado ni "clasista al revés" (o sea, hacia arriba)... en fin, después de unos días mandan a la Patata a casa pero con licencia por una semana más y mucho antibiótico, el susto ya pasó y la caura chica (Olivia) ni supo que la mamá estuvo requete enferma... es más, según el doctor la Olivia debió pasarlo chancho porque como la Patata se movía muy poco y no caminaba más que para ir al baño, seguro no le daba ni sueño jajaja.

guarda con caerse!

Esos cordeles los ponen en algunas esquinas de la ciudad para que la gente se sujete y no se saque la mugre con el viento.

quiosco roca, zona franca y chocolates regionales

Lo primero que hace un puntarenense que ha estado mucho tiempo fuera de la ciudad es ir, su primer día hábil en la ciudad, a tomar un desayuno de campeones: choripán y leche con plátano al Quiosco Roca. Debe ser una de las cosas que más echo de menos (junto con el silbido del viento que por acá no se escucha), eso de bajar Roca caminando y ver que el reloj gigante de la relojería Dübrock dice "hora oficial" y saber que es mentira, porque el reloj que manda es uno bien roñoso que está junto a las figuritas de la U (guaca!) que repletan las paredes del Roca.

A mediodía y por la tarde, nos damos una vuelta por Zona Franca. Las cosas que podría necesitar Olivia el otro año están muuuuuuuucho más baratas en Zona Franca que en las tiendas "del norte".

Entre las conversaciones mientras uno da muchas vueltas mirando cosas por ahí, hablábamos con mi papá sobre lo fácil que es manejar cerca de los campamentos de Enap... hay que hacerle el quite a algunos ñandúes, ovejas y achuntarle a los paso libre; de echo, yo aprendí a manejar en Posesión a los 11 años. En eso, justo justo nos encontramos con un enapino que hacía poco no sólo había chocado en medio de la pampa con otra camioneta sino que más encima... de frente jajaja, tuve que aguantarme la risa un rato, después ya me tuve que reir no más (¡aguante Kiko! jajaja).

Por la tarde, vamos al sindicato porque mi papá tenía que entregarle mi ex celu al famosísimo Hugo (no me quiero equivocar... ¿Caniupán?), que me felicita por mi matrimonio y yo, que sabía que él está en las mismas lo correspondo aunque me dio vergüenza reconocer que casi no me acordaba de él... erf!

El día y el viaje ya se van y el martes voy de vuelta a Santiasco, contento por estar con la Patata de nuevo pero no puedo dejar de pensar que sería lindo vivir con ella y Olivia allá algún día.

No es que me haya peinado a la gomina, fue un vientito que pude disfrutar el lunes antes de volverme (para los que no me creen que nunca he sentido un viento respetable en la zona central del país)