tortuga sobre ruedas

Cuando era chico me encantaba patinar, no había ningún lugar muy cerca donde ir, así que a veces patinaba en el pasillo de mi casa (y luego tenía que convencer a mi mamá de que estaba arrepentido encerando el piso). Incluso alcancé a jugar hockey unas semanas antes de irnos a vivir a Posesión. Patinar en hielo igual es entretenido, aunque es un poco más fome, siempre es en una superficie plana y si alguna de las lagunas cerca de mi casa no se congela del todo simplemente hay que esperar hasta el año siguiente. Alcancé a tener patines en línea, pero no a ponerle ruedas de neoprén (que son más suaves), entre medio se los presté a mi primo Ñañelito y, no sé cómo, se los echó y quedó de comprarme unos iguales, aunque en realidad ya no hay tanto interés. Luego supe que él y su hermano, Felipe, siempre les quedó gustando eso, sobre todo las posibilidades de machucarse (son lo más parecido a los extintos "hermanos sin dolor") practicando "patinaje agresivo"... saltos, vueltitas, piruetas y todo eso... siempre me he preguntado cómo es que esos cabros que están todo el día y todos los días practicando en los Tribunales pasan tanto tiempo en el suelo... bueno, la cosa es que hoy sábado (para quienes alcancen a ver esto y no hayan visto los carteles) hay algo así como una presentación del grupo de patinadores (y skaters y BMXers) Teragon en el gimnasio La Tortuga de Talcahuano a las 3 de la tarde y lo mejor es que, como dicen en el diario popular la entrada es "al gratín" ($0). Eh... primo! devuélveme los patines!