Hace unos días tuve que soportar de nuevo eso de que el fútbol son "22 giles corriendo atrás de una pelota"... ¿acaso Neruda es sólo papel y tinta?¿Picasso, lienzo y óleos? Creo que en cierta medida puedo entender a quienes no gustan del fútbol y que generalmente son los mismos que no lo juegan, de hecho es díficil saber que ocurrió primero, si se dieron cuenta que eran muy malos "pa' la pelota" o decidieron que ni siquiera verían un partido más de fútbol en su vida. Yo mismo aprendí bastante tarde a jugar, por lo menos en comparación con mis amigos, mucho después de mi primer recuerdo futbolero: Maradona en México '86. Mayores competencias futboleras no tuve, salvo los típicos torneos de colegios, aunque de chico jugué campeonatos regionales entre campamentos "enapinos"... obviamente nunca campeonamos pero siempre lo pasamos bien y sanamente con mis amigos (Pablito Rivera, Chambera, Ricardo Flores, entre otros). Nuestro mayor orgullo era ser los papás de otra escuelita rural cuando yo vivía en la pampa, de todos los partidos que jugué contra ellos sólo perdí uno. Entremedio vibré con Colo-Colo '91 a pesar de no ser colocolino, aunque le tomé el gusto un tiempo. De repente íbamos con mi viejo a jugar a la canchita al lado de mi casa y él recordaba sus años de arquero en la filial del Audax Italiano. Una vez en la media sólo participé en algunos campeonatos internos y un par de veces jugando por el colegio, el '95 el Audax volvió a Primera y al año siguiente el "Bichi" Borghi nos regaló goles que todavía tenemos enmarcados en la memoria, en otra ocasión volví al campamento Posesión y vestí la camiseta con unos 16 años, recuerdo claro, jugamos con mi amigo Carlos López contra Cañadón Grande y ganamos 4-1... el negro tiró un penal al carajo. Luego vinieron las pichangas en la Bulnes con los "panas" (Waña, Moss, Parra, Draeger) del glorioso "18 Sport Detroit" con quienes todavía jugamos verdaderas finales cada vez que la geografía y economía lo permiten; por otro lado pero al mismo tiempo estuvo el bicampeonato en el Darwin con "La Cubanacán". Una vez en la U, cierto retiro de las canchas, sólo algunos partidos esporádicos, el mundial de fútbol... gritamos como locos el gol de Salas a los italianos en una pieza del Hogar Metodista con mis amigos chumangos... minutos más tarde nos enojaríamos tanto como Carcuro. La vuelta a las canchas fue de a poco, más o menos desde cuando se retiró el Diego y vimos la despedida por la tele con Sergio y Dani. Después vinieron las pichangas "al gol sale" en el Parque Ecuador con ellos y "Finiquito" Sillard, que siguen hasta hoy, que el Manu se vino de Punta Arenas a jugar por las juveniles de la U de Conce (mi equipo por defecto ya que Audax está en Stgo, pero cuando viene pone al "Campanil" en su lugar). Después de eso, está claro... nunca jugué en primera y, aunque en mi opinión no es tan difícil llegar a hacerlo, seguro nunca lo haré, no soy un experto en tácticas ni estadísticas y tengo claro que para la pelota en sí no soy ningún mago (siempre digo que juego de estorbo por la derecha) pero no me vengan a decir que el fútbol es una tontera para ociosos o que ir al estadio es sólo una catarsis, no me digan que es sólo un negocio o un deporte en el que nunca lograremos nada argumentando "Chile es país de poetas"... porque una jugada llena de magia para nosotros también es poesía y ver el estadio del color de tu equipo es una postal insuperable, escuchar el bombo y los petardos es lejos la mejor música, y cuando la pelota viene derecho hacia ti y sabes que puedes controlarla el corazón se acelera, cuando la colocas donde quieres, la cabeceas, te rebota o le pegas con "la muda" todo queda en silencio, jugando la final del mundo o en la pichanga de tu barrio, y cuando por fin traspasa la línea sólo escuchas el grito de gol aunque no haya más público que tú y unos cuantos amigos.
Audax Italiano "modelo '54" de gira por Guatemala.
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