Pagas $300 por una cosa que te venden como café, pero tiene sabor a cualquier otra cosa. $200 por una sopaipilla fría a la que puedes echarle ají o mostaza o cualquier cosa así. Cuando entras la entrada más barata cuesta una luca, aunque en general con como $2500; si el partido no es de mucho interés o está muy malo, abren las puertas para ver el segundo tiempo gratis. El maní ("salado, confitado; con o sin cáscara") que en el pitazo inicial está a $200 baja considerablemente al final del segundo tiempo a $100 y a la salida, luego de terminar el partido, a "2 por 100". Las banderas, gorros y bufandas, dependen de como vaya el equipo en la tabla y en el partido. Anoche, por ejemplo, fuimos con varios amigos y el Manu compró por encargo tres bufandas a luca cada una(o sea, $3000). Al comenzar el segundo tiempo, la U de Conce ya estaba siendo eliminada; pasó el mismo tipo y le vendió a Mario dos en $1000... para qué les voy a decir cómo nos reímos, sólo cuento que ahora Manu es "el 'bufanda' Gutiérrez", jeje.
La única conclusión de todo esto, es que hay que ser valiente para vender cualquier cosa en el estadio, porque ahí se vive una economía totalmente independiente, mucho más vertiginosa que la bolsa; es verdad que a veces los vendedores pueden salvar el día, pero también es cierto que ahí todo (incluso la pasión de los hinchas por su equipo) se devalúa muy rápido.
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