14 mayo 2005

conéctate a la super banda ancha!

Cuando aparecieron las primeras conexiones a internet, visitar una página era casi una tortura y una lata; aunque uno sabía que la espera tendría su recompensa, muchas veces bajaba los brazos antes de lograrlo. En ese entonces, unos diez años atrás, las conexiones se hacían por un módem conectado en el pc, que luego de unos muy graciosos sonidos (como de algo rebotando en la cabeza de un monito animado) te daba la posibilidad de navegar a la "increíble" velocidad de 28kbps!... incluso algunos pocos afortunados que tuvieron internet antes, tuvieron que arreglárselas con velocidades de incluso 14kbps.
Luego de eso, las conexiones se empezaron a agilizar un poco, llegaron las conexiones por cable, después hubo líneas independientes para internet y teléfono, que fue la base del arribo de la banda ancha, con la que hoy en día podemos ver, bajar, escuchar, etc... cantidades enormes de información.Leyendo por ahí el otro día me dí cuenta que, guardando las inmensas proporciones, nuestra relación con el Señor se da de una manera más o menos similar.
Dios nos habla constantemente, pero con nuestro módem de 28k es un poco difícil entender lo que nos está tratando de decir; sin embargo, si lo buscamos más, leemos, oramos y nos acercamos comprometidamente a Él, nuestra comunicación se va a ir haciendo cada vez más fluída... hasta que en un momento determinado nos va a parecer que estamos conectados con la banda más ancha, todos los días y a cada momento. Mientras más rato pasemos "conectados" con Él, mejor va a ir siendo la "velocidad" con que podamos hacerlo. Sin embargo, como todos saben, para poder conectarnos necesitamos hacer un contrato. Este contrato, igual que como los que se hacen hoy, ni siquiera necesitan de nuestra firma, sólo de nuestra palabra y compromiso... con Dios, obvio. Se hace una sola vez y de ahí en adelante depende de uno como lo va cumpliendo y desarrollando.
Es por eso que no puedo evitar reír un poco cuando escucho decir a alguien "yo creo en Dios a mi manera", Él mismo dijo: hay que negarse a uno mismo, esto involucra nuestra forma de hacer las cosas, tomar nuestra cruz y seguirlo. ¿Ustedes se imaginan una conversación como esta entre dos amigos?:
- ¿Y ese computador que está desconectado ahí en esa pieza?
- Ah... es que yo me conecto a internet a mi manera.


1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que, aunque muchas veces no lo quiero así (debe ser por mi inclinación a lo romántico) nuestra relación con el Señor es muy lógica y matemática...
Lo que recibimos está directamente relacionado con la comunión que tengamos con El y con la calidad de la misma; no basta con orar, ayunar, leer, si no lo hacemos con la convicción de que El está ahí apoyándonos, fortaleciéndonos, alimentándonos.
Anoche, conversando con un amigo sobre "esos" días en que nos sentimos medios solos, concluíamos que es la voluntad del Señor, que aparta su presencia por un pequeño lapso para hacernos aprender a vivir por Fe (como un papá que le enseña a su hijo a andar en bicicleta y lo suelta con los brazos atentos a cualquier percance)y como Jesús en la cruz cuando tuvo que soportar que el Padre apartara su mirada.

Creo que es todo (solo lo creo)

 
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