Llevábamos un buen rato jugando con Mario y un par más en la cancha del parque, pero nos faltaba gol. El que completó el equipo para ser cinco insistía tanto en llegar al área y hacer un pase al que se quedaba defendiendo, que en un córner en contra me bajó el Levetazo y le pregunté:
- ¿Te gusta la Católica, cierto?
- Sí, ¿por qué?
- ¡Porque siempre la tocai pa'trás po!
17 noviembre 2006
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