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Mientras en los diarios nacionales modelos y panelistas faranduleros discuten sobre quien debe o no estar en la Teletón, en Magallanes superamos la meta de 250 millones necesarios para que siga funcionando el centro de rehabilitación del Club de Leones Cruz del Sur.
Las Jornadas por el Niño Impedido Magallánico de nuevo fueron un éxito, un ejemplo de unidad y no hubo peleas por estar en "vedettones" (que simplemente no hay), por cerrar el show junto a Solabarrieta (que es el principal rostro del evento), no se armó quilombo porque algún alcalde no haya querido publicidad en su comuna (como De la Maza en Santiago) y nadie se pegó ningún codazo por aparecer en la foto final.

Como desde hace varios años llegaron a ayudar Jorge Aedo, Karen Doggenweiler, Mey Santamaría y el dueño de casa, Fernando Solabarrieta. Algunos cantantes y bailarines de Rojo también llegaron a reforzar el show, entre ellos la prima de Mario que canta en el programa.

Todo esto nació porque no había un lugar en la región para los niños discapacitados y como todas las relaciones de Magallanes con el resto de Chile (en éste caso, léase Teletón) se ha desarrollado sin ningún rencor ni resentimiento, tampoco con un afán de competencia sino con uno mucho más grande: independencia (al menos de identidad) regional.