24 junio 2007

atascados

Bueno, la cosa fue así...
Preguntamos si sería necesario usar cadenas para cruzar de vuelta a Chile; nos dijeron que sí, así que pasamos a comprar, a almorzar y después nos fuimos confiados porque nos dijeron que llegábamos bien a la frontera para allá poner las cadenas.
En el camino pasamos a un mirador a tomarnos algunas fotos mientras nevaba. Después seguimos camino y nevaba cada vez más fuerte.
La huella que se hace por la nieve va dejando siempre un montón de nieve al medio... en una de esas, el auto empezó a patinar poco a poco hasta que ya simplemente no pudo seguir más y simplemente patinaba. A muchos kilómetros de la frontera, y sin saber si era más cerca volver o seguir, me bajé a instalar las cadenas en las ruedas... la Patata todavía no se daba cuenta bien de lo que pasaba y me grababa en video.
Sin saber cómo instalar bien las cadenas además me di cuenta que aunque las pusiera, el auto no podía avanzar porque tenía mucha nieve abajo. Me puse a sacar nieve con el brazo y cuando ya no podía más porque estaba muy dura, me tendí bajo el auto a patearla para que se moviera... en eso me daba golpes en las rodillas, pero no se sentiría nada hasta el día siguiente cuando se me pusieron moradas. Por mientras la Patata sacaba nieve del frente con un fierro y los dos ya comenzábamos a desesperarnos un poco.
Seguía nevando mucho y no se acercaba nadie. Ya había pasado como media hora cuando pensé en la posibilidad de que cerraran el paso y simplemente no llegara nadie por ningún extremo del camino; las posibilidades eran quedarnos en el auto a esperar (teníamos chocolates y unas cervezas artesanales que compramos de recuerdo), que yo solo o con la Patata camináramos hacia algún extremo del camino a encontrar a alguien (la idea más descabellada) o hacer un último esfuerzo de mover el auto.
Como la Patata se veía muy entumida, le pedí que se entrara al auto y le dije "ya Patata, a orar no más para que aparezca alguien". Ella quería decirme algo pero yo insistí en que se entrara al auto. Lo que quería decirme era que ¡a lo lejos se veían dos autos! ¡qué felicidad! me acerqué al auto chileno que estaba más cerca y dos muchachos se bajaron y me ayudaron a instalar las cadenas; más atrás venía un auto argentino con un señor mayor que no tenía cadenas ni tenía mayor intención de ponerlas tampoco jajaja. Lo último que apareció fue una pala mecánica que limpió el camino. El caballero argentino ya lo había dicho "acá llega la pala y para algún lado salimos".
Después de eso y tras 45 minutos sin ver a nadie cerca, pudimos seguir hasta la frontera, instalar bien las cadenasy seguir muy lentamente los 40 kilómetros hasta la frontera chilena.
En algún momento la angustia fue muy grande y sin celular (descargado y sin señal) no sabíamos bien qué hacer... ¡grax Señor por tu ayuda!

Antes de seguir hacia la frontera.

¡El bólido encadenado!

1 comentario:

Anónimo dijo...

una verguensa de chumango no sabis poner cadenas de nieve,awebonado,te dije qe la cordillera iba estar cruda.

tu
compadre
posdata (alejandro martinez piensa lo mismo qe yo ,awebonado)

 
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