22 abril 2006

el clásico

¿Qué es lo que determina que un partido de fútbol se constituya en un "clásico"?, donde no importa la tabla de posiciones ni las estadísticas, tampoco el ser local o visita, sólo importa ganarle al rival. Ese rival que se intenta achicar a fuerza de declaraciones cruzadas y ojeadas por sobre el hombro... pero si el rival es tan malo como se dice ¿por qué sería un clásico entonces?.
Hay clásicos mundiales que empezaron por cuestiones políticas como Argentina-Inglaterra, cuando los trasandinos resolvieron decidir en la cancha el conflicto político por las islas, desde entonces a estos días se ha convertido en un clásico netamente deportivo porque el imaginario colectivo espera que se repita o se vengue el gol de Maradona el '86. Irak y EE.UU. han jugado un par de veces los últimos años, pero no ha dejado de ser una anécdota. Hay otros clásicos entre equipos de liga que se han formado con los años como Milán-Inter en Italia, Boca-River, Flamengo-Vasco, y el clásico mundial del momento: Barcelona-Real Madrid.
Existen clásicos universitarios como Católica-U. de Chile; de colonias, como Unión-Audax; regionales, Conce-Huachipato (VIII), Coquimbo-La Serena (IV) o Everton-Wanderers (V).
De niño estudiaba en la escuelita de Posesión (Escuela Rural G-38), el campamento enapino donde vivíamos con mi familia. Ahí la religión oficial era el deporte y, por sobre todo, el fútbol y cualquiera de sus variantes. Con mis amigos el clásico era contra los niños de la escuela de Punta Delgada, a unos 100 kilómetros.
No teníamos más de 13 años pero la emoción era la misma. En gimnasio o al aire libre y en cancha grande la cosa era ganar como sea. En la galucha los viejos de las barras se insultaban como si fuera un partido de alto riesgo y nosotros en la cancha las peleábamos todas aunque las piernas ya no respondieran. A la hora de los cobros sospechosos se armaba la tole tole como un polovorín y eso elevaba aún más la tempreatura.
Por lo menos de los que jugué, creo que en las estadísticas ganamos... pero apretadamente. De todas formas, cada vez que perdíamos teníamos el consuelo de algún viaje a Cerro Sombrero, en Tierra del Fuego, a desquitarnos con nuestros hijos jajajaja, la verdad es que a ellos los mirábamos tan en menos que mientras ellos entrenaban, nosotros nos íbamos a la piscina. Saludos a los protagonistas de esos clásicos que seguro nunca serán más conocidos que entre nosotros. Entre otros: Ricardo Flores, el Negro López, Pablito Rivera, Chambera, Yeto, el Negro Ojeda, de Posesión; "Pochocho" de Punta Delgada... de Cerro Sombrero no recuerdo ninguno jajaja.

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