08 febrero 2006

donde fuego hubo...

(RANCHILLO) Me estaba levantando para irme con Rodrigo (Valladares) a Concepción y, francamente, lo primero que pensé fue que alguien se había olvidado de las tostadas. Caminé hacia los baños despreocupadamente hasta que vi un poco de humo tras el galpón y a Sotito (con mucho cariño el apodo) gritando que se necesitaban los extintores... como todo el mundo, no reaccioné a buscar el extintor, sino que a cachar qué pasaba. Los hermanos (y público en general, valga la aclaración) llevaban tiestos con agua, arena, sal y algunos iban con extintores... entonces me di cuenta que era en serio.
Corrí (así es, señoras y señores) hasta donde los Muñoceces a decirles que había principio de incendio y que necesitaba el extintor del auto, me lo pasaron y además una cuestión pa llevar agua. En el camino me encontré con un niño que no se podía el agua, así que la tomé y seguí corriendo. Al llegar estaban todos en estado de histeria colectiva (supongo que no era momento para "la paz de Jesús"), dentro del galpón habrían pinturas, soldaduras y un balón de gas de proporciones descriteriadas que se convirtió rápidamente en el antagonista de todo esto... o bien en el inocente a quien rescatar, porque si lo alcanzaba el fuego se supone que volabamos todos... aunque pensándolo bien, si estaba ahí es porque estaba ultra vacío, pero en fin... más vale prevenir que curar.
Cuando las operaciones bomberiles lograron aplacar el fuego y llegar a la obvia, pero necesaria, etapa de "hay que destruir todo" me di cuenta que metido donde las papas queman (qué apropiado!) estaba mi compadre Titín Balboa aplicando sus conocimientos. Fue el único que entró con algo mojado cubriéndole la cara para evitar intoxicaciones. Fue algo así como un héroe anónimo, pero fue bueno saber que estaba ahí para disipar las ideas inúiles de los inexpertos acerca de cómo combatir el fuego. Gracias a Dios, todo salió bien y el susto pasó. Pero por favor, ante un hecho así NADIE puede decir "vuelvan a sus actividades con normalidad"!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué mañana aquella...recuerdo bien que estaba en mi carpa durmiendo porsupuesto, solo eran las 9 de la mañana, cuando comencé a escuchar carreritas y algunos gritos a lo lejos, fue ahí cuando me dije "por la mugre, otra vez me despierta la maratón, todos los años lo mismo", de pronto me di cuenta que no era la maratón, alguien le gritó a mi madre que había fuego, y yo casi desesperada salí de la carpa con lo primero que encontré de ropa, afuera en vez de alarmarme me alegré mucho porque mi amiga Lissy había ido por el día, le di un largo abrazo y empecé a darme cuenta de que el asunto era serio...recuerdo que alguien nos dijo mientras chachareábamos con la Lissy..."oigan, vayan a ayudar!" después del llamado de atención ayudé a una niña que no se podía un balde con agua y calmé mi conciencia, podría haber sido una catástrofe, gracias a Dios que tanto nos quiere no fue asi...y gracias a Tito Balboa tb, después andaba lleno de ampollas el pobre...en fin, gracias Señor que nada trágico sucedió...excepto que se quemaron las cosas de Santiago...erf

 
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